lunes, 23 de julio de 2018





LOS QUINCE ASPECTOS ALMICOS
DE UN DISCÍPULO CONSCIENTE DEL CRISTO INTERIOR


Cuerpo de luz. El yo físico mental y emocional ascendido, formando la nueva trama dharmica: físico, consciencial y espiritual. Ascendido=libre de apegos. Ser para otorgar. Equilibrio. Compasión. Amor incondicional. 

LA ASCENSIÓN

Ascensión
EL PLAN DIVINO DE DIOS PARA TODOS

El Plan Divino para el hombre era que éste llegara a ser un Maestro de la Energía y de la Sustancia en cualquier lugar del Universo. Con el objeto de hacer esto, el hombre debe caer en la cuenta de que toda energía usada en pensamiento, sentimiento palabra hablada y acción, debe ser mantenida en el estado puro en que fue emitida desde el Corazón de Dios. El hombre es un Dios en embrión, y el Plan original era que el hombre alcanzara su perfección (convirtiéndose en un Maestro) en un ciclo de 14.000 años. Desde la caída del hombre, este periodo se ha extendido bastante, y, aunque muchos han alcanzado la perfección con la Ascensión, quedan todavía muchos millones que no lo han logrado; y mientras que estos seres no expresen su buena voluntad para dejar de lado sus propias impurezas y hollar el SENDERO, la evolución de la Tierra está siendo retrasada considerablemente. A este respeto se debe reconocer que nada en el Cosmos es estático. Los Planetas (y aún los Soles mismos) deben evolucionar en un Plan hacia la meta poderosa de la PERFECCION. Hoy día, la Tierra se está moviendo rápidamente hacia un tal periodo de Iniciación Cósmica, y aquellos que no estén de acuerdo en purificarse a sí mismos lo suficiente para poder participar en este gran momento, se encontrarán en la misma posición en que se encontraron los "rezagados" siglos atrás. Por supuesto, sería bastante sensato asumir que aquellas almas son las mismas que hoy rehúsan purificarse, pero lo desafortunado del caso es que dichas almas están proyectando su influencia sobre tantas otras que podrían alcanzar grandes alturas si se les permitiera hacer valer sus propios conceptos (dados por Dios) sobre el libre albedrío.

LA ASCENSIÓN Y EL NIRVANA

Cuando el hombre alcanza el punto en su evolución en el cual las cosas materiales de la Tierra tienden a perder su encanto, y comienza a buscar en la dirección de la Iluminación Espiritual, en ese momento comienza a hollar el Sendero de su Ascensión. Cuando se alcanza dicha Ascensión, el hombre ha alcanzado la meta de su evolución terrenal.

Es entonces cuando se convierte en UNO con su propia Presencia "YO SOY" y, por ende, UNO con la Divinidad Misma. Se convierte en un Maestro de toda energía y sustancia, y está en libertad de viajar a través de la extensión total del Cosmos. Sin embargo, éste no es el final de su evolución. Desde este momento, comienza para él un nuevo periodo de evolución, ahora como un Ser de Dios que puede llegar a convertirse en un Dios Sol en sí mismo, momento en el cual llegaría a comandar las energías de un sistema planetario y sus habitantes. El estado de conciencia más allá de este punto en el esquema de evolución ha sido llamado "NIRVANA", lo que es usualmente conocido como "el estado de bienaventuranza más sublime". Sin embargo, debe quedar claramente entendido que este estado es una expansión de la individualidad y que, una vez alcanzado, puede ser abdicado en aras de dar un servicio mayor a la Vida.

Cuerpo de luz. El yo físico mental y emocional ascendido, formando la nueva trama dharmica: físico, consciencial y espiritual. Ascendido=libre de apegos. Ser para otorgar. Equilibrio. Compasión. Amor incondicional. 

LOS QUINCE ASPECTOS ALMICOS

1- Estar siempre consciente de que aspiras a la expresión mas completa de Dios, y consagrar todo tu ser y tú servicio a dicho fin, según está tan hábilmente expresado en el Primer Mandamiento

2- Aprender la lección de la inofensividad. Ni por la palabra ni por el pensamiento o sentimiento se ha de infligir el mal sobre ninguna parte de la vida. Sabe que la acción y la violencia física no son más que la parte menor del pecado de expresión dañina

3- No agites el mar de emociones de tu hermano – ya sea inadvertida o deliberadamente. Sabe que la tormenta a la que sometes al espíritu de él, tarde o temprano fluirá por la orillas de tu propia corriente de vida; mas bien, trae la tranquilidad a la vida, y se como el salmista tan hábilmente lo puso: “bálsamo sobre las aguas turbulentas”.

4- Desasóciate a ti mismo del engaño personal. Nunca dejes que la auto–justificación revele que amas más a tu ego que a la Armonía del Universo. Si estas en lo correcto, no hay necesidad de proclamarlo; si estas equivocado, ora por el perdón. Si observas al ego, encontraras las mareas crecientes de la indignación entre las más sutiles sobras en el camino de la Rectitud, llamada “fariseísmo”.

5- Camina gentilmente por el Universo, sabiendo que el cuerpo es un Templo en el cual mora el Espíritu Santo que ha traído Paz e iluminación a la vida en todas partes. Mantén tu Templo siempre en condiciones respetuosas y limpias como convengan a la habitación del Espíritu de la Verdad. Respeta y honra en gentil dignidad a todos los otros Templos, sabiendo que muchas veces dentro de un crudo exterior arde una Lama mayor.

6- En la presencia de la Naturaleza, absorbe las bellezas y regalos de su Reino en gentil gratitud. No la profanes mediante pensamientos o emociones viles, o por actos físicos que la despojen de su belleza virgen.

7- No te formes u ofrezcas opiniones a menos que se te invite a hacerlo, y entonces solo después de orar e invocar silenciosamente por guía.

8- Habla solo cuando Dios escoja decir algo a través de ti. En los otros momentos, permanece pacíficamente callado.

9- Haz un ritual de vivir en la observancia de las reglas de Dios, tan discretamente que ningún hombre sepa que aspiras a la Divinidad, no sea que las fuerzas de su voluntad exterior sea dirigida contra ti, o que tu servicio sea infringido por la soberbia.

10- Deja que tu corazón sea una canción de gratitud por haber puesto lo Más Alto al Espíritu de Vida bajo tu cuidado, el cual, a través de ti, escoge expandir las fronteras de Su reino.

11- Esta Siempre alerta para usar las facultades y los regalos que te ha prestado el Padre de toda Vida, siempre para expandir Su Reino.

12- No reclames nada para ti, ni poderes ni principados, así como no reclamas el aire que respiras… o el Sol. Úsalos libremente sabiendo que todo pertenece a Dios.

13- Se comedido al hablar y al actuar, pero siempre con la dignidad que acompaña la Presencia del Dios Vivo que mora dentro del Templo.

14- Constantemente coloca todas las facultades de tu ser, y todos los despliegues de tu naturaleza, a los pies del Poder Divino, especialmente cuanto estas tratando de manifestar la Perfección a través de uno que esta angustiado.

15 - Deja que tus contraseñas sean la humildad, la mansedumbre y el servicio amoroso, pero no permitas que la impresión de humildad sea tomada erradamente por letargo. El sirviente del Señor, al igual que el Sol en los Cielos, esta eternamente vigilante y constantemente vertiendo los regalos que están particularmente bajo su cuidado.


NAMASTE





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