Yo Soy Lo Que Yo Soy,
Sananda Deva en Gratitud y Resonancia divina con el Todo Lo Que Es.
Una de las claves del
respeto, y por consiguiente de la alegría interna y la iluminación, es aprender
a ser agradecido y a dar las gracias con gratitud y con una adecuada comprensión.
Ciertamente me dirán que algunas veces no hay por qué dar las gracias, y que
eso cultiva una actitud inocente, pasiva y débil. En verdad, la gratitud es
todo excepto debilidad. Abre la puerta a una ciencia y conocimiento superiores.
Un acto emanado de la gratitud es siempre beneficioso y bello. No saber dar las
gracias no significa fortaleza en lo absoluto, sino debilidad. Una persona
prisionera de su descontento cae en estados mentales negativos que le roban su
fuerza y su energía.
La expresión “gracias”
no es una mera frase educada y convencional. Es, por sobre todo, una frase
mágica, un encantamiento sagrado, un poderoso mantram trasmitido a todas las
personas por los grandes maestros espirituales y sus discípulos más iluminados.
Sí, muchas costumbres de la vida que practicamos en forma inconsciente fueron
originalmente instituidas por seres de luz que deseaban ayudar a la humanidad.
La expresión “gracias” tiene el poder de abrir la conciencia y despertar a la
verdadera riqueza. Aquellos que saben dar las gracias cuando caen en las
pruebas, demuestran su valor interno y su conexión con una conciencia superior.
Un agradecimiento tal debe provenir de una clara conciencia y de un perfecto
conocimiento de las leyes de la vida. Entonces posee el poder alquímico para
transformar las situaciones y los estados mentales
Cuando se dice de la
forma correcta, el agradecimiento tiene la virtud de purificar el alma terrenal
y las relaciones entre los seres. Dar las gracias a alguien es purificar la
atmósfera entre tú y esa otra persona. Algunas veces incluso puede sanar
relaciones karmáticas y situaciones difíciles. “Gracias” ejerce un poder
liberador; permite el desapego, el abandono (o la aceptación de las cosas), y
facilita el perdón. Puede convertirse en una verdadera bendición para uno mismo
y para otros; puede ser una muralla de defensa contra las fuerzas de la
oscuridad que con frecuencia tratan de interferir en nuestras vidas para
perturbar furtivamente, complicarlo o destruirlo todo. Por medio de la gratitud,
también se puede crear una firme base –una sobre la cual se pueda construir una
vida útil, armoniosa, rica y consciente–, en el aspecto psicológico de la vida.
Las virtudes de la
gratitud son demasiado numerosas para describirlas; lo más sencillo es conocerlas
por experiencia propia, poniendo en práctica la gratitud. Sin duda que
necesitaremos una nueva percepción del mundo mucho más espiritual y sutil. Es
en el mundo invisible donde el agradecimiento adquiere todas sus dimensiones.
Por supuesto, si vivimos sin espiritualidad, sin conciencia, si damos la
espalda al mundo invisible, admito entonces que dar las gracias pueda
convertirse en una debilidad: para un ignorante, el agradecimiento es la
muerte. Pero creo que nosotros aún no llegamos a esto.
Para quienes están
conscientes de su espiritualidad y, por tanto, de la parte más sutil de su ser
y de la vida, agradecer es incrementar la intensidad de la vida. El descontento
estrecha la vida, mientras que la gratitud la expande, la aumenta, incrementa
la alegría, y abre las puertas del infinito, del amor. Aquellos que reciben
amor con gratitud lo reciben doblemente, mientras que quienes están
descontentos lo pierden. La gratitud es el arte de saborear la vida con agrado;
es también una aceptación inteligente y trabajo sobre uno mismo. El niño
pequeño que recibe muchos cuidados no puede tener recogijo, mientras crea
merecerlo todo. Vivir una mentira es sentenciarse uno mismo a infortunios y a
desilusión.
stoy convencido de que
la alegría depende de nuestra actitud en la vida. Si tu agradecimiento contiene
todo lo que es del cielo, entonces se convierte en una fabulosa oración y en un
regalo de amor. Quien pronuncia las “gracias” de esta manera, comprende que
nada en esta tierra le pertenece, y que todo es un regalo de los seres
superiores que velan por él. Ni siquiera su cuerpo, sus pensamientos o sus
deseos le pertenecen. Dar las gracias por todas estas bendiciones es estar en
camino de adquirirlas verdaderamente, y de hacer algo positivo con ellas.
Cuando el agradecimiento se transforma en una oración, adquiere el poder de
triunfar sobre las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos que
envenenan la vida.
Cada vez más y más, el
mundo se asemeja a una selva infestada de insectos y animales extraños, hasta
el punto de encontrarse uno en situaciones donde los estados mentales oscuros
invaden la conciencia y la sensibilidad como una nube de mosquitos, en forma
cada vez más frecuente. Ya no sabemos cómo escapar a esos estados destructivos.
El gran agradecimiento “aquel que conoce el sendero hacia el mundo superior
invisible” puede liberarnos. Repito lo que digo, porque para mí el
agradecimiento que se eleva al cielo con respeto y gratitud es la oración más
hermosa.Ahora, es la oración más eficaz para sacar a los seres humanos del
control de las fuerzas oscuras y los estados mentales negativos. La palabra
“gratitud” también significa renacer a uno mismo.
Finalmente debemos
comprender que hemos permitido una forma de vida artificial que incrementa el
desarrollo de la negatividad. Por eso, tanto en el futuro como en el presente,
las técnicas de alquimia interna serán cada vez más indispensables. Sin ellas,
será imposible luchar para mantener la propia dignidad, el tesoro del alma, la
belleza interior. Debemos reinventar una nueva forma de vivir en la tierra para
poder recobrar las fuerzas del alma que abren las puertas del cielo y de la
iluminación. Esta es una necesidad para el futuro.
Cuando los seres
humanos llevan el cielo y la tierra dentro de sí mismos, no hay fuerzas
negativas que puedan penetrar en ellos. Entiéndanme bien: para mí el
descontento es una fuerza negativa. Claro que hay un tipo de descontento que es
beneficioso, porque permite ponernos a trabajar aún más para alcanzar la
perfección, pero este descontento es mesurado y controlado, es una herramienta
de la creatividad. No estoy refiriéndome a éste, sino al que invade el alma y
lleva al servilismo, cerrando las puertas a la inteligencia superior
“Gracias” es una
palabra que une al cielo y la tierra. Cuando el agradecimiento es sincero y
está lleno de fuerza vital, tiene el poder de tocar y despertar ese centro
íntimo que radica en el estómago y que los japoneses denominan el “hara”. La
verdadera fuerza proviene del profundo agradecimiento que toca el centro del
ser uniendo cielo y tierra. Quien sabe cómo agradecer a la tierra, halla el
fundamento de la vida psicológica. La tierra limpia, purifica y sana muchos
problemas psicológicos, e incluso enfermedades físicas, porque ambos están
estrechamente relacionados
Quien sabe cómo
agradecer a la inteligencia de los cielos halla dirección en su meta en la
vida. Es una luz que ilumina con verdadero conocimiento. Todo lo que
necesitamos hacer es ponernos a trabajar. Muchas cosas en nuestra vida dependen
de la forma en que dirigimos nuestras energías. La inteligencia no radica en
digerir las cosas como una cotorra, sino en la capacidad de comprender el
significado positivo de la vida y caminar en esta dirección por nuestro bien,
por el de los demás, y por el mundo. Todos en la tierra deben ofrecer sincero y
cálido agradecimiento a todos los seres — no al pequeño ser artificial en
ellos, sino al Innombrable, omnipresente. La aceptación de lo divino, sublime,
infinito, inmortal, a través de todos los seres humanos y a través del Todo es
la perfección del agradecimiento.
Ahora les enseñaré una
antigua técnica esenia.
Antiguo Ejercicio
Esenio de Purificación y Salud
Párate en medio de la
naturaleza viviente, entre el cielo y la tierra.
Siente la tierra bajo
tus pies; siente como la tierra te carga y te sostiene.
Siente el cielo
infinito sobre ti; te inspira, te mejora, te eleva.
En el cielo, piensa en
el origen de tu espíritu y de tu inteligencia.
En el cielo, piensa en
el origen de tu alma eterna, de la más elevada conciencia universal.
En la tierra, piensa en
el origen de tu alma terrestre, en tu conciencia individual.
Siéntete como una unión
viviente entre las fuerzas del cielo y de la tierra, del infinito y de lo que
está en desarrollo.
Arrodíllate en la
tierra, y con tu mano derecha cava un pequeño hoyo en la tierra.
Coloca las dos manos
juntas sobre tu pecho (el corazón místico), en señal de oración y de unión
interna con el cielo y la tierra dentro de ti.
En esta postura
sagrada, permite que una hermosa luz, la fuerza, la presencia del cielo, fluya
a través de ti: el omnipresente Padre de todos los seres vivientes. Imagina una
luz diamantina, transparente como el agua pura.
Inclínate con amor
sobre la Madre Tierra, y coloca tus manos alrededor del pequeño hoyo. Inclínate
sobre la tierra y coloca tu boca entre tus manos.
Ofrécele con tus
palabras a la tierra el agradecimiento del cielo a la Madre Tierra; ofrécele
también el agradecimiento de tu corazón y, a través de ello, del corazón de la
humanidad pronuncia las palabras:
“Madre Tierra, yo te
ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través de él del corazón de
todos los hombres y las mujeres. Que todos los seres que llevas en tu seno
protejan, nutran y bendigan todo lo que crece.”
Acuéstate después sobre
la tierra y abandónate sobre ella. Que tu cuerpo y tu alma nacidos de ella sean
uno con la Madre Tierra y su oculto esplendor piensa y di:
“Madre Tierra, elimina
todas mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad, para que pueda recibir
la bendición del espíritu divino y trasmitirla a todos los seres vivientes,
según tu voluntad”.
Manténte en comunión,
en silencio, mientras dejas que la tierra te purifique completamente.
Pónte nuevamente de
rodillas y coloca tus manos frente a la rosa solar del corazón.
Piensa en tu espíritu,
siente tu alma, y di con tu fuerza vital:
“Con amor y gratitud,
te ofrezco mi amoroso
agradecimiento lleno de luz.
A la Madre Tierra,
gracias;
al agua de la vida,
gracias;
al precioso aire,
gracias;
al fuego sagrado,
gracias;
a los minerales,
gracias;
a las plantas, gracias;
a los animales,
gracias;
a la humanidad que
camina por el sendero de la evolución, gracias; a todos los ángeles, gracias;
a la inteligencia
cósmica que creó mi pensamiento, gracias;
al océano de amor que
creó mi sensibilidad, gracias;
a la vida universal que
impregnó mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias;
a todos los seres del
mundo, doy las gracias en Él, la única Fuente que unifica a todos los seres en
su origen y propósito”.
Cruza los brazos sobre
tu pecho, inclina ligeramente tu cabeza, y pronuncia la palabra de cierre:
“Amen”.
Entonces, rellena de
nuevo el agujero que cavaste para hablar con la Madre del mundo. Por medio de
la práctica de estos ejercicios, que son totalmente compatibles con nuestra
vida contemporánea, notarás que recibes una fuerza de balance y armonía que te
permite estar más equilibrado y ser tú mismo en la vida. La técnica de la
gratitud permite que uno desarrolle una mayor sensibilidad hacia el mundo
superior. No es un sentimentalismo poco saludable, sino un despertar que
proviene de una mayor lucidez, más fortaleza, más bondad. Nuestra vida es
nuestra vida. Somos nosotros quienes tenemos que vivirla, nadie más. Pero es
obvio que para vivir la vida de una forma armoniosa, necesitamos fortaleza y
lucidez. La técnica de la gratitud nos permite obtener esto, y aún más.
Uno generalmente siente
temor de la sensibilidad, porque piensa que mientras más sensible sea una
persona, más infeliz y enferma estará. Por supuesto que si el agradecimiento no
se expresa de la forma correcta puede enfermar, porque las energías no están
dirigidas hacia el espíritu del cielo, sino que permanecen inconscientes y en
forma demasiado personal. Quien piensa que él o ella es el centro del mundo,
cuando da las gracias solamente expresa una frase muerta educada y
convencional, para esconder el verdadero ser que él o ella es, por la pura
apariencia.
El verdadero
agradecimiento abre la percepción de la belleza, de la sabiduría, de la
grandeza y del amor. Si un ser humano ya no percibe la realidad de mundo
superior omnipresente, está perdido. Es solo cuestión de tiempo que la caída
sea inevitable. Sólo el cultivar correctamente una mayor sensibilidad pueden
llevar a la humanidad hacia una verdadera evolución de luz y armonía, y
permitirle superar todas las pruebas y las tentaciones. Una fuente de bienestar
y de gran beneficio para la vida es ofrecerse a sí mismo unos momentos de
soledad en los que se pueda cultivar la armonía y el bien original en calma y
en silencio, y cuando pueda pronunciarse la mágica frase del gran
agradecimiento. Luego podemos compartir esto con otros a través de simples
actos, de palabras amistosas, de cálidas sonrisas llenas de luz que provienen
de un mundo donde lo humano reina.
Y así Es….
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