La Meditación Universal Esenia
Carta de los Esenios
SÍNTESIS AFIRMATIVA
DE LOS VALORES ESENCIALES DE LA SABIDURIA ESENIA
Y DESARROLLO DE LA AUTOMAESTRÍA
DESDE LA CONSCIENCIA ESENIA
Desarrollo:
La transferencia de la conciencia de una mente a otra se conoce como katra.
La plena Verdad revelada permanece siempre presente en la Mente Universal de
Dios, pero la inteligencia individualizada de cada hijo de Dios debe establecer
contacto con esta Gran Mente e incorporar dentro de su propia conciencia, tanto
de toda la Verdad como esté en capacidad de absorber y realizar.
Cada hombre se sumerge dentro de la Fuente del conocimiento con su propia
copa de receptividad, y se beneficiará por su capacidad de recibir. Esta es la
comunión espiritual. El maestro es aquel cuya copa ha crecido mediante muchos
viajes a la Fuente, y da de su rebosante esencia a quienes no son capaces aún
de alcanzar el borde cósmico. Incluso en los cursos elementales de educación,
el maestro llena primero su conciencia, y luego amablemente sostiene su cáliz
de conocimiento de manera tal que el estudiante pueda saborear sorbitos de su
dulzura, enamorarse de su esencia y regresar, otra vez, a la fuente del
maestro hasta que quizá esté entre los pocos que se unirán al maestro en la
Fuente Cósmica.
Aquéllos que no beban, nunca serán de valor. Benditos sean los que atizan
el hambre espiritual, y bendito los que den de comer al hambriento.
“Yo os declaro que sobre vuestros
corazones edificaré la Hermandad Espiritual del Reino de los Cielos y sobre
esta roca espiritual levantaré el Templo de las Realidades Eternas del Reino de
mi Padre. Ninguna fuerza prevalecerá contra esta Fraternidad Espiritual.”
Meditación y afirmación metafísica para acceder a la fuente interior del
poder y vivir la plenitud de la vida, desarrollando la conciencia y el
potencial de los valores universales en la personalidad como un efectivo camino
de realización espiritual.
¡Oh, ser que has entrado en la fuente interior de la sabiduría y potenciar tu evolución anhelas, efectúa la afirmación que sigue, el primer día de la semana, mientras te encuentres en terrenal morada, en la noche, antes de dormir, o, en la mañana, al levantarte, y programa tu existencia con los valores universales, atributos del Supremo Hacedor. sentidos cósmicos que en el eterno presente guiarte han con seguridad.
Para niños recién nacidos o en cualquier edad: sería deseable que uno de
los padres, por turno, le leyese la
afirmación de Sabiduría de los hijos de la luz, en los días descritos. Los
beneficios son incalculables.
Adelante.
ENTRANDO EN LA FUENTE INTERIOR
Afirma:
Cada vez que leo Sabiduría de los hijos de la luz, entro, en forma
instantánea, en la fuente interior del poder y desarrollo una mejor visión y
comprensión de los valores universales del amor, de la sabiduría, de la
justicia, de la igualdad, de la compensación, de la fortaleza, de la templanza,
de la libertad, de la belleza, de la conciencia cósmica de los principios y
leyes que rigen el universo, de todos aquellos de los cuales tengo percepción
de su existencia y de los que aún quedan por descubrir, cuya comprensión me
permite la practica efectiva de todas las virtudes, aquí y ahora, en el eterno
presente. Hecho está. Así es; así sea.
Ahora, entro en la fuente interior del
poder en conexión con el Creador Universal.
Ahora, estoy ya en la fuente interior del
poder en conexión con el Creador Universal con pleno dominio de mí y de todas
mis facultades físicas, mentales, emocionales y espirituales, en todos los
niveles y dimensiones.
Guías y protectores espirituales, os pido
vuestra asistencia y protección.
o ¡Oh Creador Universal, guíame,
ilumíname, protéjame y asísteme!
Permanezco en el nivel de la fuente interior del poder en
conexión con el Creador Universal cada día mejor; ahora, durante cuarenta y
cinco minutos, leo, medito y reflexiono
sobre el contenido de Sabiduría de los hijos de la luz; aprehendo el
significado profundo de todos los valores, conocimientos, técnicas y
aplicaciones prácticas que contiene; los asimilo con facilidad; los recuerdo e
interrelaciono con cualquier clase de experiencia con la que tengan vinculación
y cada vez que en la vida diaria, presente o futura, requiero en parte o en su
totalidad la visión y el saber aquí contenido, instantáneamente surge, en mi
mente, la idea precisa que me guía, certeramente, en la solución de cualquier
situación y en la toma de decisión que
deba realizar. Este conocimiento pasa a formar parte de mi conciencia
integral y me permite desarrollar en su más alto grado de expresión todas las
cualidades que conforman mi personalidad de acuerdo a los valores universales
y en armonía con todos.
Cada vez que leo, medito y reflexiono
sobre Sabiduría de los hijos de la luz,
desarrollo en mayor grado mi comprensión de
su contenido y de los valores universales, -atributos divinos- y
perfecciono mejor mi acceso a la fuente interior del poder en conexión con el
Creador Universal. Hecho está.
SABIDURÍA DE LOS HIJOS DE LA LUZ
Afirma:
-Estudio las ciencias, las filosofías y las artes y práctico todas las
virtudes de acuerdo con los valores universales.
Me preparo para desarrollar, con la máxima efectividad, mi misión en la
vida y aprendo cómo alcanzar el supremo objetivo de la existencia humana: la
sabiduría y el dominio de las leyes que rigen la naturaleza, a los seres, y sus
interrelaciones, para realizar la gran obra universal, y dentro de ella, las
metas que me son asignadas por el Orden Cósmico.
A través de la sabiduría y del dominio de las leyes que rigen a los seres
en el vasto taller que constituye la naturaleza, ensancho la visión de la
conciencia universal y acreciento el sentido direccional de la vida. Utilizo mi
mejor instrumento que es la mente, en todos sus niveles y facultades:
conscientes, inconscientes, espirituales
y cualquier otra dimensión energética o esfera potencial que le sea
inherente y proyecto, en forma creativa e innovadora, de manera segura y
efectiva, toda la capacidad de auto-expresión de la cual soy capaz en las
realizaciones personales, alcanzando siempre mejores niveles de excelencia.
En primer lugar, en cada etapa, me forjo un objetivo básico en la vida,
como una forma efectiva de auto-expresión hacia el cual encauzar toda mi
capacidad creativa, constructiva y realizadora.
Conozco la dirección en que he de avanzar y en cuanto tiempo alcanzar la
preciada meta, en cada etapa de mi vida.
A través del desarrollo personal constante, me convierto, cada día más y
mejor, en un canal de expresión de la sublime sabiduría y luz creadora, en la
transmisión de un saber eterno que es, constantemente, fuente donde beben, y lo
hacen siempre, todos los seres libres que se alimentan de los frutos eternos de
la sabiduría, en acción constante de auto perfeccionamiento en pos de grandes
ideales que glorifican a la humanidad, en un mundo de progreso, paz y amor, en
la espiral evolutiva, dentro del Círculo y el Signo Más, es decir, en la Rueda de la Vida.
Siempre ha existido un saber profundo. Los hijos e hijas de la luz somos
sus canales de expresión, en armonía con todos, de acuerdo a la voluntad
regidora del universo y desde la fuente interior del poder, la luz, el amor y
la sabiduría. De las moradas superiores donde los valores universales han sido
desarrollados en su más alto grado de expresión, en forma gradual, de acuerdo
al propio requerimiento, percibo, automáticamente, todo el conocimiento que
preciso para realizar, oportunamente, mi obra de vida, en todas sus fases
evolutivas.
Al perfeccionarme en la ciencia, el arte y la filosofía universal, en el
desarrollo de la Gran Obra, en mi auto-transmutación, voy tallando y modelando
la piedra bruta, hasta convertirla en cúbica, modelo de perfección y
autorrealización, con lo cual me constituyo en un canal de la Inteligencia
Infinita y de la sabiduría de los atributos divinos.
En estas labores de preparación, llevo a cabo las siguientes prácticas:
1. Estudio constante
Estudio Constante, de todas las ciencias o ramas del saber humano, con el
fin de acrecentar mi visión universal; del pasado, para saber de donde proviene
todo lo que se conoce, y profundizar el presente, para ubicarme, adecuadamente,
en el desarrollo y ejecución de mi obra, con lo cual proyecto, con seguridad, la programación de mis metas u
objetivos, conociendo la tendencia natural de los ciclos evolutivos a través de
las distintas épocas pasadas, presentes y futuras.
Estudio los libros sagrados, la filosofía, los clásicos, la historia y los
ensayos de los grandes pensadores de todos los tiempos y países. Efectúo una
síntesis del saber universal, adecuando, en forma práctica y efectiva, a los
fines del espíritu de los tiempos, el conocimiento que, con mi estudio y
dedicación, asimilo.
2. El poder del amor
Potencio en mí el amor como valor
universal y virtud y expreso, en mi ser y en todas mis actuaciones, la
sabiduría y comprensión de las Leyes Cósmicas, el poder y la luz, la vida y la
energía abundante y perdurable, la voluntad divina y la persistencia, la visión
y la conciencia cósmica, cada vez en un mayor nivel de manifestación, en cualquier plano
existencial en que actúo.
Siento un profundo amor hacia todos los seres y expresiones de vida y, por
mí, con lo cual manifiesto el sublime amor hacia el Creador Universal.
Para cumplir con los propósitos de la creación, según los planes trazados
por el Gran Arquitecto del Universo, la
Gran Ley Síntesis, el Amor, dispone de leyes ejecutoras cuyos valores
universales conforman los sentidos cósmicos o direccionales del universo y de
todos los seres o manifestaciones de vida.
Cada día conozco más y utilizo mejor los sentidos direccionales conformados por los valores de las leyes
universales, cuyo ejercicio constituye la práctica de todas las virtudes. Con
la aplicación del poder del amor, que se manifiesta en mí a través del
sentimiento, desarrollo, optimizando, el sentido de la sabiduría y de la
prudencia.
3. La Justicia universal
El valor de la justicia está simbolizado por la balanza donde se pesan los
hechos y los resultados que los mismos arrojan y el fiel indica la suma
existencial cuya carga magnética me ubica, instantáneamente, en el lugar que me
corresponde, en el esquema cósmico. Comprendo a fondo el valor de la justicia
en todas las variantes posibles en la infinita escala evolutiva y su
interrelación con los demás valores universales; su manifestación es veraz,
objetiva, y aún en su mayor rigor, una expresión del amor, conformando, en los
seres, el sentido de la medida, el cual indica dirección y expresa
cuantificación.
Permito que la ley de la justicia mantenga estable el equilibrio cósmico en
mi actual ciclo existencial. Sus principios, y el de los valores
interrelacionados, rigen mi conducta en el cumplimiento de mi misión cósmica.
Desarrollo el sentido de la medida y la conciencia de mis deberes, necesidades
y derechos. Cumplo mis compromisos y permito que los demás los cumplan conmigo,
precisando, siempre, los términos de las obligaciones recíprocas, en cada transacción,
para un perfecto cumplimiento. Respeto el derecho ajeno en todas sus formas y
manifestaciones. La balanza de la justicia guía todas mis decisiones y
acciones.
4. El poder del orden
El valor universal del orden es regido por la ley de afinidad, de acuerdo
al veredicto dictado por la ley de la justicia, en base a cuyo resultado ubica
o reubica, a los seres y cosas, por su suma existencial, grado de afinidad,
simpatía o similitud, conformando un sistema y orden armónico, coherente y
equilibrado, en coexistencia unida, como los eslabones de una cadena, donde, de
conformidad al grado evolutivo, cada quien rige en el grado inferior y a su vez
le rige el superior en el cumplimiento de la propia misión cósmica.
Busco y encuentro el orden cósmico que, de acuerdo al total de la suma
existencial de mi vida y a los Planes del Gran Arquitecto del Universo, en cada
época, me corresponde, en el Quehacer Universal, el cual acepto y optimizo en
pro de mi crecimiento espiritual.
En correspondencia con la Ley de Afinidad, desarrollo mi sentido del orden
y me ubico, constantemente, en el lugar y tareas que mejor aprovechen mi
potencial espiritual. Así es. Así sea.
5. La ley de la igualdad
Comprendo el valor universal de la igualdad y desarrollo, suficientemente,
mi sentido de la equidad, frente a la vida, al esquema cósmico y a la obra por
realizar en el quehacer universal, en cada esfera mental o grado evolutivo.
La ley de la igualdad permite que yo tenga iguales oportunidades que todos,
en cada fase evolutiva, por lo cual, puedo tomar cada cosa, o, realizarla,
siempre y cuando pague el precio correspondiente, en dinero, esfuerzo, estudio,
trabajo, dedicación, etcétera. De igual manera, la ley de la igualdad se
manifiesta, equitativamente, en el cumplimiento de los deberes y goce de los
derechos, recibiendo, en cada caso, la justa compensación de acuerdo a los
resultados obtenidos en el quehacer cósmico.
Sé que todo ser humano tiene el mismo derecho de evolucionar y convertirse,
cada día más y mejor, en un canal supremo de sabiduría. A pesar de las
eventuales diferencias sociales, culturales, etcétera, tengo un profundo
respeto, y amor, hacia todo ser humano, -y expresión de vida-, por cuanto, al
igual que yo, es depositario de la sublime chispa divina del Gran Arquitecto
del Universo, y todo ser, en un momento dado, ocupa un lugar y función en el
orden universal, que debo respetar, aceptándolo.
6. El poder del servicio y la Ley
de compensación
Tengo la percepción clara y completa de la importancia del valor universal
del servicio, en cuya práctica me ejercito, cada día, como un poderoso canal
del bien y del progreso, con lo cual, aún cuando lo hago en forma
desinteresada, pongo a trabajar, en mi favor, la grandiosa ley de compensación, conquistando la solidez espiritual
y material que requiero para el desarrollo de mi aporte en la Gran Obra.
Cada día asimilo mejor el valor universal de la ley de compensación,
afirmándolo en mi personalidad, y optimizo mi sentido de la reciprocidad en
todas las cosas.
Entro en la fuente interior del poder, planteándome:
-¿Cómo puedo cooperar más útilmente con los planes cósmicos?
-¿De qué manera puedo interpretar los valores universales contenidos en las
leyes cósmicas y cumplirlas en mi misión en la vida, como práctica de todas las
virtudes?
-¿Cómo puedo desarrollar más efectivamente mi visión espiritual y el
sentido direccional de la vida?
La visión interior –por medio de la intuición y la inspiración- me
proporciona la respuesta respectiva, oportunamente.
7. El poder de la libertad
La percepción del valor universal de la libertad me faculta con el sublime
atributo de ser libre de descifrar los arcanos cósmicos hasta donde mi
evolución alcance, cada vez en un mejor nivel. Soy independiente y me mantengo
en armonía y cooperación cósmica.
Con libertad, respetando las leyes naturales, las de mi país y amante de la
Patria, realizo las concepciones, -percibidas por mi mente-, que debo llevar a
cabo.
Ejerzo mi capacidad de libertad para el bien supremo, de acuerdo a la
correcta visión de las cosas, usando, adecuadamente, el poder creativo,
cumpliendo mis deberes y satisfaciendo mis necesidades plenamente.
Cada día desarrollo más y mejor el sentido de la aceptación o libre
albedrío, en todas mis actuaciones.
He recibido –y aceptado, del Creador Universal, la investidura del poder de
la elección y ejerzo las funciones de su ejercicio con la visión de la
sabiduría de los valores universales inherentes en cada caso.
Tengo la facultad de solicitar a la vida lo que requiero en el desarrollo
de mi obra, de acuerdo al esquema cósmico; empero, ésta, sin yo solicitarlo,
siempre me provee con tiempo de los recursos necesarios en cada etapa de su
realización. Cada vez que me encuentro con la preparación suficiente, la vida
me presenta la nueva oportunidad, casi siempre como situaciones por resolver,
las cuales asumo con firme decisión, aprovechándolas como medio efectivo de
crecimiento personal y espiritual.
En cada acto de elección, el poder creativo de mi mente psiconsciente actúa
decretando los resultados adecuados que deben plasmarse y, siempre,
oportunamente, se expresan de la mejor manera posible.
Cada día desarrollo mis habilidades para decidir acertadamente, eligiendo
los cursos de acciones que mejor aporten el mayor grado de certidumbre en
cuanto a los resultados apetecidos y al más bajo costo de oportunidad.
En cada decisión, sigo los siguientes pasos:
I. Defino el objetivo por realizar,
por escrito.
II. Analizo el objetivo y lo divido
en sus unidades de realizaciones parciales en estricto orden prioritario.
III. Busco, creativamente, todas las alternativas factibles de aportar soluciones.
IV. Evalúo cada una y elijo la mejor.
V. Con cada elección, tomo la
decisión respectiva y emprendo con expectativa positiva la acción
correspondiente, en grado suficiente, hasta alcanzar los resultados esperados,
con voluntad decidida y plena confianza en mí, en las leyes y principios
universales y en la vida.
VI. Cada vez que decido, entro, instantáneamente, en la fuente interior de
poder de mi mente psiconsciente, activando mi visión cósmica en grado
suficiente y alcanzo la conciencia clara del curso de acción que debo elegir,
optimizando mi poder de elección.
VII. Con cada decisión adoptada genero, oportunamente, el poder creativo,
en grado acorde a la magnitud de la tarea por realizar, en calidad y cantidad,
de acuerdo con la ley de la libertad cósmica.
VIII. Mi determinación, asunción
del logro, voluntad tenaz y constancia, imantan los resultados necesarios y
adecuados, en cada caso, siempre a tiempo.
8. El poder de la fortaleza
Cultivo la fortaleza como valor universal y virtud fundamental que permite
canalizar, en mi personalidad, este atributo divino, percibiendo, en primer
lugar, el potencial de poder con que he sido dotado por el Creador Universal,
para afrontar con confianza la tarea evolutiva, en el espacio y tiempo;
consciente de que por medio de la fortaleza es el poder creativo del universo
el que estoy usando en la proporción equivalente a mi estado de conciencia; en
primer lugar, desarrollo mi compresión de todos los valores universales de
manera que, en el ejercicio y aplicación de esta virtud, lo haga con la guía de
la prudencia, la sabiduría, la justicia, la compensación, la igualdad, la
templanza, la serenidad, el autodominio, el ánimo contento, la dulzura, la
generosidad y el amor; de esta manera, utilizo
siempre la fuerza necesaria dentro de los justos límites de la equidad,
el respeto, la cortesía, el equilibrio y el bien común. Con el ejercicio de la
fortaleza, en todas sus variantes, como confianza, valor, coraje, alegría,
paciencia, tenacidad, constancia, resistencia, austeridad, comprensión, salud,
etcétera, soy siempre fuerte en el amor, en la justicia, en la verdad, en el logro de todas mis
metas y en la superación satisfactoria
de todas las pruebas existenciales.
9. El poder de la templanza
El rasgo que denota la máxima maestría frente a la vida es la templanza,
valor universal cuyo ejercicio como virtud permite la realización de todas las
cosas dentro del perfecto y justo límite del equilibrio total, con lo cual,
expreso en mí, el autodominio, la calma imperturbable, la serenidad, la
impasibilidad, la moderación, la humildad, la estabilidad, el ánimo tranquilo,
el silencio creativo y la conciencia en paz.
Aplico la templanza en el ejercicio
del amor, de la justicia, de la fortaleza y en todos los actos de mi vida, como
en el hablar, en el comer, en el beber, en el trabajo, en la recreación y en la
abundancia.
10. El perfecto equilibrio de la belleza
Percibo que la belleza, como valor universal, expresa la perfecta armonía y
orden de todos los elementos que intervienen en la realización de una obra, en
el desarrollo de las cualidades que ornamentan la personalidad y en la estética
personal y social en general.
La belleza refleja el perfecto equilibrio universal y, silenciosamente,
expresa su veredicto como valor paralelo a la justicia; ésta sopesa los hechos
y el fiel índica la suma existencial; aquella, lo hace mediante la estética; lo
externo índica la composición armónica interna.
La belleza es la justicia estética, por lo cual, al cultivarla en elevado
grado, todas mis obras expresan la excelencia de su valor universal, cada día
mejor.
Perfecciono la belleza como virtud en el amor, en la sabiduría, en la
fortaleza, en la templanza, en la conservación de mi cuerpo como templo divino,
en el hablar, en el conducirme por la vida, en el vestir, en los hábitos y
costumbres y en todo aquello en que, la sublime cualidad, pueda manifestar en
mí, o en mis actos, la jerarquía de la luz espiritual de la que soy cada día
mejor instrumento de expresión.
11. El poder del perdón
Percibo que, en el camino de la vida, todos estamos en un aprendizaje
constante y que la misma vida es la gran pedagoga, la que, actuando por medio
de la conciencia del ser, le hace percibir de lo que es correcto de acuerdo a
los valores universales y de cuáles deben ser las acciones correctas en
correspondencia con la práctica ideal de todas las virtudes; es la misma vida
la que conduce, a cada persona, a efectuar las correcciones pertinentes a cada
situación y caso; por lo cual, en toda acción, cada vez que perciba que alguien
lleve a cabo algún tipo de conducta que en relación con mi persona la estime
inadecuada, empleo el ejercicio del perdón, como valor universal, con la
finalidad de que el mecanismo de la justicia divina, y de la vida en general,
se haga cargo de la situación, efectuando las respectivas compensaciones,
correcciones y restablecimiento de la armonía y orden respectivos.
12. Conciencia de todo
El resultado de cada una de mis acciones y realizaciones, dado por la
balanza de la ley de la justicia y demás leyes ejecutoras del amor, se
manifiesta en mí como clara conciencia del orden cósmico que me corresponde, el
cual acepto y, al que debo aspirar, acto seguido.
Comprendo que la posición alcanzada, en el orden cósmico, genera la
necesidad, el deber, y el derecho, de pasar a la siguiente, en escala de
evolución ascendente. Tengo conciencia de donde vengo, donde estoy y hacia
donde voy.
Optimizo mi sentido de responsabilidad; tengo clara conciencia de mis
deberes y necesidades, así como de la forma correcta de satisfacer estas
últimas, y, de que soy responsable de ejecutar las tareas de las cuales tengo
conciencia que deben ser realizadas y, que, una vez llevadas a cabo, implican
una compensación equivalente para mi, aprovechando, en cada caso, la
oportunidad que la vida me brinda como medio de autorrealización.
La conciencia es el asiento del Creador Universal dentro de mi espíritu,
por medio de la cual Él se comunica conmigo usando el lenguaje de los
sentimientos equivalentes a cada uno de los valores universales, cuya expresión
percibo como conciencia intuitiva que me permite conocer el veredicto de la ley
cósmica como señal de alerta en todas mis intenciones y como sentencia en
los actos ejecutados. A través de la
conciencia Él ejecuta su rol de Pedagogo Universal.
Igualmente, puedo comunicarme a cada
instante con Él, si lo deseo, usando el lenguaje de los sentimientos del amor,
de la gratitud, de la admiración y cualesquiera otros equivalentes con los
valores universales, así como por el pensamiento, en forma directa y sin
intermediarios, como un hijo o hija con su padre o madre, cuya conciencia de la
unión perfecta e indisoluble que formo con él se fortaleza cada día más y
mejor.
La conciencia intuitiva me transfiere, también, todas las informaciones que
mi espíritu percibe por intermedio de la proyección espiritual en el espacio y
tiempo, a través de cada una de las facultades espirituales que les son
inherentes, las cuales son transferidas a la conciencia objetiva como
percepciones intuitivas o inspiraciones por la comunicación del pensamiento
dentro del pensamiento, de entes afines o guías y protectores espirituales.
Cada día más y mejor, tengo conciencia y comprensión de todo, en todos los
niveles y esferas mentales del Universo, de acuerdo a mi grado de progreso.
13. El poder de la tolerancia
Desarrollo toda acción dentro de los límites de la tolerancia que cada
situación permite, conservando el perfecto equilibrio y la armonía con todos y,
en todo.
Construyo, estimulo, creo, ayudo, tolero. Jamás critico ni me expreso
negativamente de ningún ser humano. Estoy consciente del poder creativo y
positivo que existe en los seres, y, en silencio, privadamente, aliento, -y
estimulo- a quien lo requiera.
Conozco las fortalezas humanas, por lo cual soy exigente conmigo pero
tolerante con los demás, porque sé que el mejor medio que dispongo para ayudar
a perfeccionar a la humanidad, es el de auto-perfeccionarme.
14. El poder de la disciplina personal
Soy un Espíritu cada vez más sabio y lúcido, con un alma armoniosa y
equilibrada y un cuerpo perfecto y saludable.
Mi mente y mi cuerpo funcionan perfectamente en todos sus niveles.
Respiro correctamente. Cada órgano y célula mantienen su buen
funcionamiento y capacidad para restablecer el equilibrio energético,
constantemente; renovándose, oportunamente.
Cada día aumenta mi conciencia de cuales son los alimentos –y cantidades
adecuadas- que debo ingerir para optimizar la máxima performance de mi
organismo; mantener una salud robusta y estable y, una efectiva longevidad.
Todas las noches practico la relajación completa, desde los dedos de los
pies a la cabeza; lo hago así: centro la
atención en cada parte de mi cuerpo, adquiero conciencia de la misma, la relajo
bien, percibo una sensación de calor, siento el fluir de la energía y visualizo
un halo luminoso que emana de la respectiva área y, en cada órgano que deseo
fortalecer, hago una inspiración contando seis y retengo el aire –pulmones
llenos- contando veinticuatro, visualizándolo, al mismo tiempo, en perfecto
funcionamiento. Al terminar, visualizo escenas de calma y armonía de la
naturaleza. Duermo y reposo profundamente, recuperando la energía vital
suficiente.
Cada mañana practico el ejercicio adecuado y realizo diez respiraciones
profundas, reteniendo el aire, durante 24 segundos, cada vez.
Aquí y ahora, se establece, en mí, la salud perfecta. Mi mente
psiconsciente mantiene, permanentemente, la optima salud, normalizando,
automáticamente, todo lo que sea requerido, conservando en el mejor nivel mi
equilibrio vital, vigor, energía,
fortaleza física, mental, emocional y espiritual y juventud ideal.
Controlo las imágenes mentales y la canalización adecuada de mi potencial
creativo. Mantengo la salud anímica a través del cultivo de las emociones
positivas, inspiradas por elevados sentimientos de amor, justicia, bondad,
fortaleza, fe, autodominio, serenidad, perdón, paz, tolerancia, prudencia y
equilibrio.
Potencio la lucidez de mi espíritu; mantengo perfecta sintonía con las
fuerzas cósmicas adecuadas y acoplo mi acción con los planes universales.
Me yergo espiritual, anímica, intelectual y físicamente.
Desarrollo mi capacidad de trabajo, incrementando, cada día más y mejor, la
productividad y resultados económicos de mi actividad profesional, cuyo uso
optimizo.
Actúo con auto-confianza, valor, prudencia, templanza, ánimo contento,
comprensión, autodominio, serenidad, perseverancia, decisión firme, humildad,
paciencia y conciencia de lo justo. Guío a mi familia con afecto y dignidad,
propiciando su máximo bienestar y desarrollo, constantemente.
Alcanzo el equilibrio perfecto entre estudio, trabajo y descanso.
Me comunico excelentemente. Escucho con empatía. Armonizo mi vida con el
Creador Universal y desarrollo mi capacidad para tratar con las personas y
todas formas de expresión de vida, con el fin de participar efectivamente en la
Gran Obra de la evolución cósmica.
15. Claves de las grandes
realizaciones. Conozco y aplico las claves que permiten las grandes
realizaciones, por lo cual:
I. Llamo y me abren: todas las
puertas que deben ser abiertas y la cosmogonía.
II. Doy y recibo: el amor y la
totalidad de lo que corresponda en cada etapa, en el eterno presente.
III. Amo y descubro: la sabiduría.
IV. Busco y encuentro: la verdad universal, en la espiral evolutiva de la
Rueda de la Vida, en la eterna polarización del Signo Más, en el eterno
presente.
V. Pregunto, a mi mente
psiconsciente en conexión divina, tres veces, en la fuente interior del poder y
obtengo: la respuesta a todas las preguntas y la comprensión y luz espiritual,
en cada caso, oportunamente.
VI. Pido y la vida me concede: la oportunidad de cooperar en la realización
de la gran obra de acuerdo con los planes cósmicos y a mi propia capacidad de
asunción de objetivos.
VII. Percibo mi lugar en la vida y tomo: posesión del mismo, por medio del
servicio.
VIII. Trabajo con efectividad y
capitalizo: la compensación y el respectivo salario cósmico.
IX. Estudio los valores universales y amplifico: mi visión cósmica.
X. Perdono y logro: la
auto-liberación y por la acción de la ley divina, la respectiva compensación
cósmica.
XI. Practico y adquiero, gradualmente: la experiencia y la auto-maestría en
el ejercicio de todas las virtudes.
XII. Actúo y tengo: el poder para
hacerlo.
XIII. Persisto y llego: a la meta.
XIV. Visualizo los resultados
finales realizados y abro: el camino interior para su logro.
XV. Aplico mi voluntad en cooperación con los designios supremos y alcanzo:
la armonía cósmica.
XVI. Apunto a un objetivo a la
vez y: uno a uno, los realizo todos, oportunamente.
XVII. Comprendo la ley de la
provisión divina y acepto: la abundancia que me está asignada, periódicamente,
administrándola cada día mejor.
XVIII. Aquí y ahora se establece el
orden divino de acuerdo a los planes trazados por el Gran Arquitecto del
Universo. Hecho está.
16. El poder de los hijos de la luz
En mi avance por la existencia humana, en el eterno presente, aplico las
cuatro claves o símbolos de la Esfinge, las cuales son: 1) La cabeza humana de
la Esfinge, como símbolo del saber que otorga la visión existencial y del
universo; las alas de águila, en representación del querer y de la voluntad indispensables para
emprender toda acción para ascender en la espiral evolutiva; sus patas y pecho de león, que otorgan la
fortaleza para osar en descifrar los arcanos universales y realizar la propia
cuota de servicio en la Gran Obra; y, la parte posterior e inferior de toro
como expresión máxima del poder, que solo
en el callar es posible alcanzar.
SABER
A través del saber, tengo conciencia, en todo momento, de la dirección
correcta a seguir y de lo que conviene hacer. Tengo claro, en la mente, el
objetivo básico de la vida, y, concentro toda mi fuerza creativa para
alcanzarlo con éxito. En su realización,
sé:
QUERER
Soy un canal del poder supremo y creativo del universo y lo aplico para
realizar tanto mis propios objetivos como para ayudar, a través del servicio, a
mis semejantes, a la Patria y a los hijos e hijas de la luz, de quienes, con
sano orgullo y amor, formo parte.
La clave superior para aplicar, creativa y efectivamente, dicho poder,
consiste en querer intensamente realizar el objetivo o proyecto concebido y visualizado
en la pantalla mental.
Aprendiendo, cada vez en un mejor nivel, y usando el arte y el poder de querer, puedo:
OSAR
A dar el primer paso, emprendiendo la acción decidida, firme y
perseverante, en el espacio y en el tiempo suficiente, que ha de conducirme a
la anhelada meta.
Afrontando la realidad con serena confianza, calma imperturbable y
expectativa positiva; mostrándome
impasible frente a lo desconocido y al enigma que, periódicamente, me toca
descifrar.
Sigo siempre adelante, aplicando mi conocimiento, prudencia, sentido de la
justicia, fortaleza, templanza y creatividad frente a toda situación y efectúo
la realización de la gran obra, que, en
cada etapa, me compete en los planes
cósmicos, cada vez en un mejor nivel.
Aprendo que, después de saber, querer y osar, como regla máxima y suprema
que evidencia mi filiación de la Luz Universal, debo:
CALLAR
Callando, hablan mis obras, virtudes, poder y sabiduría, con humildad,
dulzura, armonía, serenidad, paz, gratitud y amor, porque, recuerdo siempre
que, en silencio germina toda semilla en el seno de la tierra y realiza su obra
la Naturaleza.
¡Que el Creador Universal proteja, ilumine y guíe a los hijos e hijas de la
luz y a toda la humanidad, en el cumplimiento de su misión cósmica y en la
perfecta expresión de la vida, de la luz, del amor, de la sabiduría, del orden,
de la armonía, de la justicia, de la
fortaleza, de la templanza, del equilibrio, del progreso y de la Paz Universal,
aquí y ahora. Hecho está.
Adelante.
Ahora, que he leído y meditado Sabiduría de
los hijos de la Luz, conservo en mi archivo espiritual, a nivel objetivo y
subjetivo, la totalidad de su contenido y, en conexión con la Inteligencia
Infinita del Universo, cada día percibo mejor la amplitud y profundidad de cada
uno de los valores universales aquí reseñados y de otros que les son
inherentes, cuyo uso y aplicación efectúo en la realización de mi obra y en el
perfeccionamiento de mi ser, adquiriendo más elevados estados de conciencia y
niveles de percepción y comprensión, en la espiral evolutiva de la Rueda de la
Vida y en el cumplimento de mi verdadera misión cósmica.
Cada vez que requiero cualquier clase de
conocimiento aquí reseñado u otro de cualquier índole, instantáneamente entro
en el nivel psiconsciente de mi mente, en la fuente interior del poder, en
conexión divina con la Inteligencia Infinita del Universo y percibo,
intuitivamente, la idea precisa o conocimiento que requiero, oportunamente.
Hecho está.
Con cada lectura y meditación de Sabiduría de los hijos de la Luz,
desarrollo mi personalidad en perfecta correspondencia con todos los valores
universales y virtudes inherentes, con facilidad y naturalidad.
Hecho está.
Salve, oh, hijo, o hija, de la luz; haz tu obra con amor, y, contribuye efectivamente en la evolución cósmica y sus tareas inherentes
por realizar!
¡Déjate guiar por la luz y la sabiduría divinas!
¡Busca tu orden cósmico en el quehacer universal y encuentra tu misión en la vida!
¡Ten prudencia, sabiduría, confianza, valor, fortaleza, templanza, calma imperturbable y serenidad; ciñe todos tus actos a la justicia.
¡Que en tu faz se refleje la belleza del amor; la armonía del equilibrio
y del perfecto orden.
La paz de la conciencia tranquila te permita apacibles sueños.
¡Cumple tu misión cósmica, y todo lo demás te será dado por añadidura!
¡Actúa como si, ya, hubieses
alcanzado, el objetivo programado, y percibe como profundas fuerzas interiores emergen impulsándote hacia tu universal meta!
Que así sea.
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